Es hora de volver a juntar unas cuantas letras en este pequeño blog perdido en ese inmenso mar que es Internet (¡toma metáfora!).
Pocos cambios hay en mi vida cotidiana por la coqueta Pontevedra: madrugones, bocadillos para desayunar y unas buenas siestas aderezan mis días.
Esa rutina perdura pero hay pequeños detalles que hacen que el día a día sea cada vez más llevadero: la ciudad me resulta cada vez más cercana y poco a poco encuentro más caras familiares allá donde voy. Incluso con más vida social durante la semana. Lo que, para una persona que no ha salido prácticamente de la noble Salamanca, ayuda a que cada vez le tenga más cariño a Galicia y sus gentes.
Hace menos de dos semanas tuve la suerte de poder dar cobijo a mi hermano, conocido en el mundillo futbolístico como 'Nacho Macho' y a su pareja, Bea, a la que sólo conocía de un día en Medina del Campo en el que mi estado físico (9 de la mañana en pleno San Antolín es una hora muy sufrida) no era el más adecuado.
¡Bucólica estampa en Galicia!
Ni mi horario laboral, teniendo que madrugar el sábado, ni mi piso, sencillo como el mecanismo de una escoba y sin ningún lujo, ni la distancia existente entre Pontevedra y la Meseta, ni mi inexperiencia como anfitrión facilitan esta clase de visitas, por lo que desde aquí no puedo darles sino las gracias por subir hasta aquí.
Sí, otra vez me comí un limón, pero esta vez acompañado de algo para empujar.
Aún no soy un experto de la geografía gallega; así que el plan fue sencillo. El viernes por la noche les llevé a un atípico restaurante (parecía sacado de 'Cuéntame' pero me lo habían recomendado) en el que disfrutamos de una copiosa cena basada en berberechos, mejillones y demas delicias del mar y acompañada con el clásico albariño. Y encima a un precio muy razonable.
Veo, veo, ¡copeo!
El sábado me tocaba currar por la mañana. Así que la pareja se marchó a conocer Vigo en una breve visita matutina. Por la tarde, tras una reparadora siesta, tocaba turno de conocer la noche pontevedresa. Y la noche estuvo a la altura de las expectativas: cañas, abundantes raciones (acompañados de Álvaro, otro garridense exiliado de pro y su novia Ana), buen copeo con música en directo (¡gracias Nelly por invitarnos!), esperpéntico karaoke y encima conocimos al mítico actor gallego Celso Bugallo, ganador del Goya a mejor actor de reparto por su actuación en Mar Adentro. Este mesetario, aprovechando que Celso estaba indefenso debido a que ya llevaba unos cuantos chismes en el cuerpo, no pudo evitar felicitarle por su trabajo con estúpido entusiasmo. Una lástima que no me atreviera a fotografiarme con él. Pero, recordando el enfado del fallecido y mítico Fernando Fernán Gómez con un admirador, opté por la prudencia.

Si no es por el licor de café no conozco a Celso Bugallo...
El domingo fue un día 'complicado', especialmente para un servidor, castigado por el rigor de la pasada batalla nocturna, pero aún nos sobraron fuerzas para ir a Combarro, donde los distinguidos huéspedes no sólo pudieron deleitarse con los típicos hórreos gallegos, sino que comprobaron la ingente cantidad de licores que son producidos en esta rica región. De ahí que, como buenos domingueros, compraran unas cuantas botellas para 'soportar' el duro tiempo castellano.
No dio tiempo para mucho más, pero fue un gran fin de semana. La distancia y cierta 'morriña' castellana hacen que éstos gestos se valoren más. Tengo que agradecerles a mi hermano y a Bea (que al declararse 'Raulista' ya se ganó definitivamente mi estima) no sólo la visita. También la buenísima disposición que tuvieron en todo momento. Uno no tiene muchísima experiencia acogiendo invitados y disto mucho de conocer mínimamente los atractivos de mi nuevo entorno, pero ellos siempre mostraron la mejor de sus actitudes durante todo el fin de semana. Así que sólo espero que se hayan quedado con ganas de repetir para intentar superar el listón marcado por esta visita.
¡Gañanes posando junto a un 'cruceiro'! (Monumento típico gallego)
Un abrazo, ¡nos vemos en los bares!
PD. Bea no es sólo 'Raulista', sino que también le tiene cierta tirria al esperpéntico Guti... Así que está más que invitada a una nueva visita, jeje...
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